Por: Carlos Iván Restrepo J.

En el primer micro curso publicado en la edición de mayo de El Cucarachero, comenté como las alas y el vuelo de las aves inspiraron a Leonardo da Vinci para desarrollar la primera máquina voladora llamada el “ornitóptero” considerada la precursora de los planeadores y aviones, incluido el ultra- moderno Airbus A380.

Mencionar esa súper nave cobra sentido solo observando la imagen en la parte inferior en la que se evidencia la gran similitud con la que la alta tecnología ha logrado imitar las alas de las aves representadas en este caso por un águila pescadora. Aunque me costó entenderlo, de lo que nunca tuve duda es de la fascinación que me causó saber cómo la aplicación de dicho concepto de sustentación logra levantar de forma segura más de 550 toneladas de peso que es lo que ofrece esta gigantesca ave de metal, la de mayor tamaño comercial disponible en el mundo y cuya envergadura llega a 80 metros que, si lo piensas bien, equivale a una cuadra en tu barrio.

Pasando la observación inicial y honrando el título de este artículo, haré alusión a las diferentes formas básicas de las alas de las aves y en la asociación que éstas tienen con su especialidad. Para facilitar comprender las diferencias entre ellas, proveo las siguientes ilustraciones y descripción en paralelo que estoy seguro permitirá entenderlas fácilmente.

su olfato para identificar su alimento. Otras por su lado, desarrollaron la habilidad del vuelo corto y ágil en contraposición de aquellas que dependen de la eficiencia de sus alas para viajar grandes distancias ahorrando la mayor cantidad de energía para migrar a lugares con temperaturas y condiciones ambientales más confortables.        

Como complemento, deseo aprovechar ese texto asociado a las alas de las aves para aclarar, tras escuchar de algunos que el ave con mayor envergaura del mundo es el cóndor de los andes, que esta condición exclusiva le pertenece es al albatros errante o viejero (Diomeda exulans – no presente en colombia) que abarca hasta 3,6 mts entre los extremos de su alas. Por el cotrario, el cóndor (Vultur gryphus) que orgullaosamente encabeza nuestra escudo nacional, solo ostentaría esa condición si se le compara con las aves no-marinas. Como curiosidad finalizo agregando que el ave voladora más grande conocida hasta la fecha es el Pelagornis sandersi, un ave prehistórica, cuyo fósil se encontró en 1983, la cual se estima tenía entre seis y siete metros de envergadura que se cree se extinguió hace más de 25 millones de años y que vemos comparada vs. el mencionado albatros viajero.

Aunque este artículo ofrece apenas una breve descripción de las alas de las aves, espero que así como sé que nos sorprenden las aves, cada día nos motivemos a aprender más de ellas y nos dejemos maravillar más y más por su belleza, destreza y por su encanto.

*Fotografías e ilustraciones elaboradas por Carlos Iván Restrepo J.

Categories: El Cucarachero